Introducción a la Kabalá

 

Introducción a la Kabalá, conceptos y mundos espirituales

Curso de doce clases impartido por Rav David Scher en 2013. Adjuntamos los resúmenes de las clases, interesados en escuchar el curso completo escribir a noemi@orpnimi.org.il.

Para oír la clase (1) clicka aquí:

 

En la clase (2) vimos que toda la Creación se activa por el deseo. Hay cuatro niveles, cuatro tendencias que activan el deseo. Hay dos tipos de deseo: deseo de dar (HaShem da a todas las criaturas) y deseo de recibir (innato en la criatura). Los conceptos de la Kabalá que hacen referencia a esto son: or-luz, kli-recipiente; los tipos de percepción del deleite, o del or, son or de jasadim y or de jojmá. El kli es la forma de recepción de nuestro deseo. Por lo tanto el deleite que recibamos dependerá de nuestros deseos.

En la clase (3) estudiamos los secretos de las letras del Alef-Bet א-ב. El mundo está formado por letras, cada una es un receptor de or. Las letras son kelim que reciben or de jojma y or de jasadim. Sus formas, sus taamim-puntuación, son estados diferentes de recepción del or. Cada letra por separado es un sistema compuesto de sefirot, y cuando se unen en una palabra adquieren una realidad determinada. El pensamiento de la creación es entonces comprendido mediante las 22 letras del Alef-Bet.

En la clase (4) dijimos que la Creación tiene un objetivo claro, nosotros elegimos cómo queremos llegar. Hay dos caminos: por conciencia (reconocimiento del bien) o por sufrimiento (empujón). El desarrollo es constante, se activa por el deseo. En esta clase estudiamos las diversas formas del deseo - los kelim puros e impuros - y cómo reciben or hajojmá y or de jasadim. Y también analizamos las coordenadas espacio y tiempo en los mundos espirituales.

En la clase (5) continuamos definiendo el desarrollo del deseo por medio de las diez sefirot y las formas de nuestra percepción con sus limitaciones. Hay cuatro niveles de percepción conocidos. Los dos primeros niveles, esencia y formas abstractas, no pueden ser percibidos, solo tenemos percepción en los dos niveles subsiguientes: formas en la materia y en la materia misma. El ser humano no crea, solo puede refinar las formas de lo ya creado.

En la clase (6) hicimos un repaso de los conceptos aprendidos, y estudiamos las siete sefirot inferiores que sustentan la realidad: jesed (bondad), guevura (rigor, temor), tiferet (equilibrio entre amor y temor), netzaj (victoria), hod (agradecimiento), yesod (fundamento), estas seis sefirot corresponden a las formas de la materia, y la sefira de maljut (recipiente, el deseo) es la materia misma. Es con estas cualidades que tenemos que realizar nuestro trabajo de refinar formas, y elevarlas hasta la esencia (objetivo o deseo esencial). El deseo está en lo profundo del corazón y con un trabajo correcto conseguiremos llegar al objetivo, sin confundir en el camino las consecuencias por las causas.

En la clase (7) ampliamos el funcionamiento de las sefirot y estudiamos la sefirá de jesed-bondad donde comienza nuestro trabajo, pues en las sefirot superiores: keter, jojma y bina, no tenemos percepción. En el trabajo encontramos obstáculos que nos llevan a confundir entre el objetivo y el medio de llegar a éste. ¿Cómo se ve jesed en forma activa? por medio del amor: dar al prójimo. El objetivo de jesed es llegar a amar a HaShem y a todas Sus criaturas, de la misma forma que HaShem las ama. Tenemos una cualidad que desarrollar para apegarnos a HaShem. Comenzamos a desarrollarla a partir del amor propio hasta llegar al objetivo. El desarrollo depende del deseo de la persona, y se hace a partir de un conocimiento gradual de la realidad. La realidad tiene muchas dimensiones (la ciencia ya habla de 11 dimensiones). ¿Cómo nos vamos desarrollando? Dos caminos: 1. Derej Torá o sabiduría, 2. Derej eretz o sufrimiento. El camino de la Torá nos enseña, de forma directa y simple, a conocer la diferencia entre el bien y el mal. El camino del sufrimiento, muy lento y costoso, nos lleva al conocimiento del bien y del mal a través de la experiencia. La forma del jesed la podemos entender a partir del comportamiento de Abraham, que tenía una idea clara del objetivo y de cómo llegar a éste. El desarrollo ocurre gradualmente en las 4 etapas: mineral, vegetal, animal y ser humano, que equivalen en el mismo orden a: amor propio (egoísmo), amor a la familia (interesado), amor a todos los seres (altruismo), amor a HaShem y a todas sus criaturas (igualdad de forma con HaShem).

En la clase (8), con los conocimientos adquiridos ya en Kabalá, explicamos Hanuká. Hanuka en gematria es 25, 25 de Kislev. HaShem al principio creo el mundo con plenitud, el or con todo lo bueno fue creado y el recipiente del maljut tenía una  capacidad de recepción completa del or, pero muy rápidamente el maljut dejó de ser apto para la recepción, y aconteció una ruptura de recipientes-shvirat hakelim, y desde entonces el maljut no puede seguir recibiendo el or de forma adecuada. En Hanuká vemos la fuerza del or versus la oscuridad de la cultura griega. Esto nos remite a los dos sistemas: kedusha (recepción completa del or para apegarse a HaShem) y tuma (que utiliza la recepción del or de forma egoísta). Cuando llegue Gmar hatikun, el maljut ya estará corregido y podremos recibir todo el or que HaShem creó para beneficiarnos a todos completamente. En Hanuka se corrige la sefirat de hod-agradecimiento. Y tenemos la oportunidad de recibir el Or (haganuz) inicial que creo haShem, durante los 8 días y en la primera media hora del encendido de las nerot; sólo podemos ver el or pero no utilizarlo. Ese or nos aviva el alma hasta que lleguemos al objetivo. En el futuro cuando el Hod esté reconstruido, el maljut revelará la verdad y entonces recibiremos todo el Or Haganuz, reservado por HaShem para los tzadikim. Cada yehudi tiene un punto de or en su interior, de ese punto, nefesh de nefesh, indestructible, se hace una letra y de allí otras letras hasta que cada uno de nosotros escribe su libro, el sello de la verdad y la vida.

En la clase (9), recordamos que todo depende de nuestro nivel de percepción. El or que emana de HaShem podremos percibirlo si tenemos un kli adecuado. Sólo así entenderemos cómo HaShem supervisa el mundo, conoceremos cuáles son sus cualidades que activa constantemente con nosotros, y a partir de allí comenzaremos a entender cuáles son sus pensamientos. El objetivo es apegarnos a El, para ello necesitamos cambiar la forma innata que tenemos de recibir deleite, en recibir para dar. ¿Cómo se cambia la forma? por medio de la materia, trabajando en las siete sefirot inferiores, que corresponden a siete cualidades. Las situaciones que vivimos en la vida están para que desarrollemos cada una de esas cualidades. El desafío está desde Adam (contenía todas las neshamot), antes de transgredir, él tenía que elevar todos los mundos después de shvirat hakelim. El trabajo lo tenía que hacer con la neshamá, un trabajo interior por medio de su refinamiento. Adam así elevaba los mundos y se hacía socio activo de la Creación con HaShem, adquiriendo todos los niveles de los mundos espirituales (relación macro-micro). Cuando se equivocó en su elección del árbol del bien y del mal, cayó de todos los mundos. Los pasos para volver a tener el nivel perdido de Adam y llegar a cumplir con el objetivo de su creación son: 1. corregir su caída (Abraham, Itzjak y Yaakov), 2. recibir las orot que no pudo (Moshé).
En este mundo, olam haze, sembramos cuando cumplimos mitzvot y recogemos en el mundo venidero, olam haba.

En la clase (10), explicamos el sistema de mundos espirituales y cómo se desencadena el or hasta llegar a este mundo, Olam HaAsia (mundo de la acción). Todo en el mundo es or, que es esencia, todo está contenido en el or: lo que soñamos y deseamos. Hemos visto que no tenemos percepción en la esencia. ¿Quién mueve nuestros actos?, el pensamiento, por lo tanto es allí donde tenemos que trabajar. Las formas con las que trabajamos se deducen del pensamiento que tenemos de la realidad, de nuestro trabajo en transformar las cualidades negativas en positivas. Tenemos que ser bondadosos con la neshamá y hacer el trabajo adecuado para que se eleve. La cantidad del or que percibimos depende de nuestros kelim, o sea de nuestro nivel de percepción, y cuanto más agrandemos esos recipientes más or recibiremos. Se habla de tres kelim para recibir las orot de nefesh, ruaj y neshamá o tres niveles. Por ejemplo, vemos que en los nueve meses del embarazo si los dividimos en tres, en cada tres meses hay un nivel. De nuevo cuando el niño nace hay otra división y llegado a la edad de Bar-Mitzva recibirá el nivel de neshamá y así sucesivamente. Am Israel desciende al exilio de MItzraim (estrecheces) para hacer kelim (saber trabajar a HaShem) y poder recibir la Torá. Las mitzvot refinan nuestra percepción y, cuando se cumplen, se comienza a construir los kelim adecuados para recibir el or de forma correcta. Por medio de la práctica, de las mitzvot, recibimos el kli, y por medio del estudio de la Torá recibimos el or que colma el kli. Cuanto más profundo podamos pensar, el or que nos alumbra será más elevado. El pensamiento es nuestro instrumento para elevarnos y tenemos que utilizarlo.

En la clase (11), vimos como el sistema sefirótico existe en cada parte de nuestras vidas y continuamos aprendiendo cómo funciona. El cuerpo es el kli, nosotros solo percibimos los orot cuando entran en los kelim. Por lo tanto a Atzmuto, HaShem no podemos percibirlo porque no tiene cuerpo. Sólo conocemos de Atzmuto el pensamiento que dio origen a la Creación que es "leitiv lenibraav", dar deleite a las criaturas. En el espacio espiritual, acercarse o alejarse depende de la igualdad de forma. El or tiene la cualidad de dar y el kli de recibir, estas formas diferentes alejan a uno del otro. El kli en vez de recibir por recibir (egoísmo) transforma su forma en recibir para dar (altruismo) y así se acerca a su objetivo de vuelta a Ein Sof Baruj Hu.

Algunos conceptos aprendidos en esta clase:
1. Atzmut (HaShem), donde no tenemos percepción.
2. Ein Sof (Infinito), donde or (todo lo que emana directamente de HaShem, sin límite) y kli (recipiente que recibe el or sin límite) están unidos, no se perciben por separado. Es antes de la Creación. La raíz de todo lo que hubo y habrá, pasado, presente y futuro, el Eterno. Todo está allí en potencia y el sistema se desencadena hasta el mundo donde vivimos. Y el objetivo es llegar nuevamente a Ein Sof.
3. Tzimtzum (contracción, rechazo del or por el kli para cambiar la forma de recibir para dar).
4. Kav (línea de or que emana de Ein Sof para llenar al kli que quedó vacío).
5. Mundos espirituales dentro del Kav y su correspondencia con las séfirot:
        Adam Kadmon - Keter
        Atzilut - Jojma
        Bria - Bina
        Yetzira - Tiferet
        Asia - Maljut